Cambios, cambios, cambios, la vida es puro cambio. Habrá que tomarlo con filosofía. Este veranito está siendo de puro estrés escuatro escinco y así hasta milquinientos. Bueno, el verano pasado también, para qué voy a mentir. Llevamos una rachita… jajajaja. ¿Y ahora, qué más hemos cambiado?

Pues hemos cambiado de docente de primaria. Hala, lo que faltaba. Con lo bien que lo estaba haciendo el que teníamos. Pero la vida a veces te pone pruebas, y hay que asumir los riesgos. Por cuestiones ajenas a su voluntad, ha tenido que dejarnos. Sentimos mucho su marcha, le mandamos un saludo agradecido por su labor en Agila.

Pero el universo está de nuestra parte, y a la velocidad del rayo, nos ha mandado una maestra. Ya en la primera conversación, nos hemos dado cuenta de la gran afinidad que nos une. Mañana se estrena, esto es así, no hay tiempo que perder. jeje Otra prueba de la vida. A superarla, y a superarse.

Por mi parte, hoy ha sido mi reencuentro con los peques agileros, medianos y grandes. Pura alegría volver a verlos. Morenitos, han crecido, aunque en la pantalla no se aprecia del todo bien, pero seguro que han crecido. Me han contado sus vacaciones, sus ganas de seguir aprendiendo. Sus preferencias, claro, ya hablaremos de lo que menos les gusta. Resulta que hay muchos que tocan instrumentos y hacen deportes varios. Una gozada la juventud que viene. Y un placer acompañarlos en la aventura.

Y a sus familias, mi admiración, por su valentía, su decisión, su amor por la libertad de sus hijos. Sin olvidar que los enseñan a ser responsables, respetuosos, creativos. No necesitan programas educativos ni leyes para saber que educar, se educa en casa. De la parte académica se encargan los docentes, pero la educación sale de la familia. Y en estas familias, se vive la educación completa. Con nuestra ayuda, con mucha ilusión. Enhorabuena, familias valientes. No me cansaré de decirlo. Ser madre y padre es difícil, pero además ser sus profes, es de premio. Y el premio, por supuesto, son sus hijas e hijos.

Y así ha empezado este curso. Y como lo que bien empieza bien acaba, estoy segura de que se va a desarrollar de manera fantástica y va a terminar maravillosamente. Para eso hemos elegido «las maravillas del mundo» como hilo conductor de primaria. Lo iremos relatando para no olvidarlo. La verdad es que, si todos los cambios son así, bienvenidos sean. Siempre para avanzar. Nunca hacia atrás. ¡La familia agilera crece y crece! No se puede pedir más. Soy afortunada. Nunca pensé que este proyecto, a pesar de los disgustos ocasionales (jajaja frecuentes diría yo) me iba a hacer tan feliz. De verdad. No lo cambio por nadaaaaaaaaaaa.

Seguiremos informando. Saludos de colores agileros.


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