jajajajaja Por nada personal, es que hace mucho que ya no participo en él.
No tengo nada en contra de las fiestas, al contrario, me gusta que la gente se divierta. Otra cosa es convertir cada fiesta en un botellón. Eso ya no me gusta. Cuando empezó la moda del botellón, allá por los ochenta, cuando yo me moceaba… jajajaja Como diría mi abuela…
Vayamos más atrás en el tiempo. Los sesenta. Cuando mis padres se moceaban. La moda eran los guateques, las fiestas en casa de alguien, para bailar, comer y beber. Tenían los primeros tocadiscos, echaban a los padres, y a invitar a los amigos. Chachi.
La siguiente generación prefirió salir a los parques y hacer vida social entre pandillas. Se compra comida y bebida, vasos, hielo, y a la calle a formar un círculo y fumar también, claro. Recuerdo que al terminar, en los Cañones (ahora el parque de Puerta del Pilar), lo tirábamos todo a los contenedores. Algún guarro siempre había, cierto, pero pocos.
La generación de ahora, tiene coches con grandes altavoces y hace los botellones lejos del centro de la ciudad, porque no caben básicamente, son muchos. La humanidad se ha multiplicado, al menos por estas latitudes. Lo dejan todo asqueroso, la verdad, porque saben que después pasará el servicio de limpieza municipal. En fin. Al menos, no molestan con la música, o lo que sea eso que suena en sus altavoces. jajajaja Qué antigua.
Me da igual, antigua, sí, pero la música de antes era muuuuuucho más chula que la de ahora. Y ya está. Y volviendo al botellón en el que han convertido al carnaval de Badajoz, del que no quería hablar pero al final hablo, pues eso, una porquería. No se puede ni andar por las calles, cada vez más abarrotadas de gente, y si te haces un hueco, te quedas pegada al suelo mostoso o te arriesgas a caerte y llenarte de mierda. Qué panorama. Pero es así.
Lo siento pero aunque hace años que no voy, lo recuerdo así y me temo que sigue igual o peor. Sin hablar del olor a meado, al día siguente más intenso y mezclado con olor a alcohol, restos de comida y disfraces por doquier. Pobre personal de limpieza, lo que tiene que respirar, no sé cómo pueden.
Terminaré con la cara amable de esta fiesta, para no dejar mal sabor de boca. El de Badajoz es un carnaval muy colorido y musical gracias a las comparsas, que se curran todo el año para hacer trajes originales y coreografías artísticas. Bravo por ellas. El desfile del domingo merece la pena verlo, aunque sea largo, es realmente espectacular. Así que, agilando y a verlo, aunque sea en la tele. Mucho mejor en vivo y en directo, por supuesto. A bailar con los tambores de paz, que los de guerra ya nos tienen más que jartos.
Y la semana que viene, volveremos a hablar de educación. Que con tanta fiesta, perdemos el norte. Aaaaaaay. jajajajaja


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