Hemos estudiado personas ilustres de toda la historia de la humanidad, al mismo tiempo que reforzábamos escritura, lectura, síntesis, investigación, presentaciones visuales, música, deportes, matemáticas… Todo relacionado, como promueve la LOMLOE. Con libertad de ejecución y forma según intereses y capacidades. A quien le gustan las máquinas, lo relaciona con ellas. A quien le gustan los animales, la estética, la alimentación, el diseño, los mangas, etc, lo pone en su centro de interés y aprende con motivación propia.

Lo de estudiar en casa no es tan raro como se piensa. Cada vez hay más familias que lo hacen. Con lo tímida que era yo de pequeña, me habría venido de lujo esa opción. Yo me pasaba el día dibujando o leyendo, me mandaban a la calle a jugar y no duraba mucho. La vida me hizo sociable, viajera, amante de los idiomas y las costumbres extranjeras, aunque ahora me apetece otra vez quedarme en casita con mis perritos. Y mis alumnitos, al otro lado de esta pantalla.

También disfruté los 7 años que estuve como profe de Plástica en secundaria. Tres años en Manacor, Mallorca, y el resto en Extremadura. Badajoz, Fuente del Maestre, Quintana de la Serena, Siruela y Puebla de la Calzada. Hasta conseguir el puesto actual en la facultad de Educación y Psicología de Badajoz. A veces añoro esos años de alboroto juvenil por los pasillos, sala de profesores animada, proyectos artísticos y de todo tipo, viajecitos culturales con chiquillería loca. jajaja

La universidad es otro rollo. Un despacho para ti sola, pocas horas de clase, tutorías online, un poco de aislamiento, sí. También disfruto mis clases, mi alumnado del máster de profesorado de secundaria, especialidad de Artes. Artistas que pronto serán colegas docentes. Aprendo mucho de ellos.

Volviendo a mis peques, se han portado muy bien. Cada año son más, he tenido que separarlos en dos grupos. Los más grandes, tranquilos, un poco callados, y los pequeños de 1º y 2º de ESO, una locura. jajajaja No paran de hablar de sus cosas, se pegan por hablar! Anda que los mayores se iban a pegar. Pero están atentos, y eso me da tranquilidad. Si el tema les gusta, las tareas salen bien. No a todos les gusta todo, claro. No todos trabajan igual de intensamente. Cada cual con su vida, intereses, capacidades.

Solo tengo palabras de agradecimiento a sus familias, de ánimo, de fuerza. Si salieron del sistema por algo grave, en casa lo superan en paz y armonía. Y si hay que volver al sistema, pues se vuelve. Con energías renovadas. El sistema no es malo en sí, son algunas personas, que lo interpretan a su manera egoísta y no tienen en cuenta la felicidad ajena. Si algunos niños sufren acoso, estrés, taquicardias, ansiedad, por algo será. Habrá que tener paciencia, cada uno aprende a gestionar emociones a su ritmo. Y en Agila, se aprende como en casa.

Gracias, familia agilera. Os deseo un nuevo año tan feliz, o más, que éste.


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